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sábado, 30 de julio de 2011

.. Así se vivió el concierto de Limp Bizkit en Paraguay ..


Sorprendió a todos: el concierto pactado para las 22:00 comenzó a las 21:45. Las personas que llegaban apuraban el paso, sorprendidas al ver ya al pintarrajeado Wes Borland empuñando su guitarra. Poco después, Limp Bizkit se presentaba por primera vez en Paraguay ante unas 20.000 personas en el Jockey Club.



“Hot Dog” empezó a calentar la fría noche asuncena. Fred Durst empezaba su interacción con el público ansioso de recordar aquellos temas que marcaron época a finales de los '90 y comienzos del nuevo siglo. Le seguían “Show Me What You Got” y poco después el suelo comenzó a moverse con “My Generation”.

Un escenario sencillo y un buen sonido acompañaron al quinteto de Jacksonville, en la Florida estadounidense. La bandera paraguaya cubría uno de los laterales del baterista John Otto. El 'stage' del grupo, en el Gold Cobra Tour, siempre tiene la bandera de los países que visitan.

Pero se sentía una especie de romance de Fred Durst con la sorprendente audiencia. “Esto es tres veces más de lo que vinieron a verle a Deftones”, se escuchó en los alocados pasillos divisorios de los sectores para el público.

Y fue un concierto de rock: “los de atrás”, siempre “bochincheros” –a falta de mejor expresión– intentaron derribar las barras de contención que separaban a las generales de los sectores VIP. Uno de ellos, corajudo en el intento, recibió el incómodo roce de una picana por parte de uno de los guardias de seguridad.

Como la situación era un tanto crítica, los responsables del grupo hicieron que pararan el concierto por unos instantes para pedir que no rompieran las barras. Aquello era un desmadre, pero Durst avalaba la rebelión con tenues indirectas en contra de la “autoridad”.

Luego del ‘encore’ de mayor duración, Durst, ya con una camiseta de la selección paraguaya con su apellido y el número 10 en el reverso, deleitó con "Behind Blue Eyes", cover de The Who.

Fuera del repertorio de Limp también aparecieron el “Smell Like Teen Spirit” de Nirvana (Durst comentó: “esto no es un concierto de Nirvana. Que descanse en paz el gran Kurt Cobain”), el “Welcome Home (Sanitarium)” de Metallica, el “Seven Nation Army” de The White Stripes y el “Jump Around” de House Of Pain, donde alguna vez militó “DJ Lethal”, el simpático y talentoso letón que da los ritmos a Limp Bizkit.

Fred Durst llegó a decirle al público paraguayo que era el más cálido de América del Sur.

“Es de verdad. Muchas gracias. Les prometemos que vamos a volver pronto. Lo sentimos por ustedes que nos invitaron a su casa y ya no vamos a salir de ella (…) Hacen saltar a mi corazón, hacen llorar a mi corazón. Es por ustedes que existimos”, expresó en un cálido tono el frontman del grupo estadounidense, que no pudo dejar de ser él y empezó a derramar cerveza al público, que como en un concierto de rock normal, recibía la agresión con algarabía.

El concierto terminó con “Rollin”, del CD “Chocolate Starfish And The Hot Dog Flavored Water”. Fue una noche sin desperdicios.

El hecho lamentable se registró a la salida del evento, cuando cascos azules amedrentaron a los asistentes con unos seis o siete (innecesarios) disparos al aire. Se entiende la necesidad de poner a raya a los vándalos, pero no así poner en riesgo su integridad física.

La llegada de Limp Bizkit (segundo grupo de nü metal que visitó Paraguay en 2011 luego de Deftones) hace que el mercado de conciertos se expanda. Mientras tanto, esperamos por esos rumores que sitúan a grandes artistas y grupos en esta capital ávida de buena música.

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